El estribo derecho de mayor envergadura que el izquierdo, tuvo que ser emplazado en la terraza de inundación del río, por lo que adquiere mayor presencia por la rampa y un voladizo, a modo de apartadero, que se construyó del lado aguas arriba.
Se trató de resaltar esta pasarela como un hito en el camino, como un punto de parada y contemplación con una obra singular con materiales nuevos, el acero y el hormigón, que rompen la absoluta presencia de tierra, piedra y agua en el camino y se hermanan con su entorno con colores que no distorsionan sino que complementan un paisaje que resultó muy alterado por la propia naturaleza.